La mayoría de las personas que han perdido un diente pueden ser candidatas para implantes dentales. Sin embargo, es fundamental tener una cantidad suficiente de hueso en la mandíbula para soportar el implante. También se debe gozar de una buena salud oral y general. Enfermedades como la diabetes no controlada o problemas cardiovasculares pueden afectar la capacidad de cicatrización, por lo que deben ser evaluadas por un profesional.