Un tratamiento de conducto es necesario cuando la pulpa dental se inflama o se infecta debido a diversas razones, tales como:

  • Caries profundas: Cuando una caries no tratada alcanza la pulpa dental.
  • Traumatismos dentales: Golpes o fracturas que afectan la pulpa.
  • Procedimientos dentales repetidos: Tratamientos dentales frecuentes en el mismo diente pueden irritar la pulpa.
  • Fisuras o grietas en el diente: Que permiten que las bacterias entren en la pulpa.

Los síntomas que pueden indicar la necesidad de un tratamiento de conducto incluyen dolor severo, sensibilidad prolongada al calor o al frío, decoloración del diente, hinchazón y sensibilidad en las encías circundantes.